El actual estado de REMA “Hay Esperanza”, se va forjando con esfuerzos, sacrificios y oración. Sobre todo con mucho Amor a Dios.
El grito de nosotros es que: ¡Hay Esperanza!. Porque Dios es Misericordioso y busca nuestra felicidad y santidad. Así, anhelamos y creemos en la victoria de Cristo, Nuestro Salvador.
Siempre hay la semilla de esperanza dentro de la oscuridad, dentro del pecado, dentro de la falla, dentro de las angustias dentro de las debilidades, dentro de todas las enfermedades, dentro de todos los temores, hay esperanza, porque Dios ES Misericordia.
Siempre ¡Hay Esperanza!
Dios puede convertir piedras en panes. Dios es más que capaz de cambiar corazones de piedra en corazones de carne humana…
Solo Dios puede enseñarnos cómo amar a Dios, y por ende, solo Dios nos puede enseñar a amarnos como Él Nos ama y como Amar a Nuestro Cónyuge.
Esta cara real de la conversión es lo que es la auténtica cara nuestra, cara de Jesús, MUY Humano y Muy Divino.
No dudo que una experiencia vivida en su plenitud como la de Renovación Matrimonial – REMA, pueda convertirnos y transformarnos, en una nueva humanidad, para que Dios Padre pueda realizar Su Plan Salvífico en su Hijo Cristo Jesús, su Misterio de Amor en nuestra carne.
Entonces ¡Hay Esperanza! …
Es el amor que nos empuja, y dejamos entrar, lo que nos rejuvenece y nos anima a seguir en este lindísimo apostolado.
Soy Testigo de muchos matrimonios transformados en esta esperanza divina. Esta gran verdad de la gracia y Misericordia de Dios es la base de nuestra esperanza.
P. Ángelo Enrique Camacho OP.